Sobre mí
De ahora en adelante, al hablar de "mis maestros", me refiero a Dios, Jesús y todos sus ayudantes.
¡Saludos a todos! Soy Marianela Olmos y estoy aquí para compartir con ustedes mi viaje hacia el bienestar y la curación con toda mi energía. ¿Quién soy? Soy una mujer apasionada, una esposa entregada y una madre orgullosa de dos niñas y un niño. A lo largo de mi vida, he acumulado una gran cantidad de experiencias que me han llevado a un descubrimiento maravilloso: ¡todo lo que aprendemos merece ser compartido!
Este mensaje, enviado por mis maestros en un momento crucial, lo comparto contigo. Escucho una voz que me dice: "Hija mía, si tienes sed, baja al río". Tal vez lo que comparto en mis redes sociales tenga las respuestas que buscas. Quién sabe, quizás en el futuro, cuando así lo dispongan Dios y Jesús, estaré ahí. Para ti,
Espero que recibas esta carta con bienestar. Quiero recordarte que nunca estás solo/a. El amor incondicional de Dios y Jesús está contigo siempre, brindándote fuerza y consuelo en los momentos difíciles. Recuerda que, aunque el mundo pueda parecer desafiante, siempre hay una luz brillando en la oscuridad, emanando del amor divino.
Lee estas palabras como una carta de amor, escrita por alguien que te ama profundamente. Recuerda que tienes un propósito en este mundo y tu vida tiene un valor infinito. Si sientes que estas palabras pueden ayudar a alguien más, compártelas. Recordemos que Dios y Jesús están para todos, extendiendo su amor y gracia a quienes lo necesitan.
Con cariño y oraciones.
Esto me mandaron y hoy lo comparto contigo :
Eres como un faro de empatía y compasión en un mundo a menudo oscurecido por la indiferencia. Desde tu infancia, tu corazón resonaba con la melodía de la justicia y el acompañamiento a los que estaban solos. Como una heroína de un cuento de hadas moderno, te lanzabas valientemente a cambiar lo injusto y a ofrecer compañía a aquellos que la necesitaban.
Recuerdo tu historia con la película de Jesucristo Superestrella, donde tu sensibilidad fue tu guía y tu brújula moral. El simple pensamiento de la injusticia te sacudía hasta lo más profundo, llevándote a correr del cine en un torrente de lágrimas. Cuestionabas cómo podríamos infligir tanto dolor a alguien que dio su vida por nosotros. Esa misma sensibilidad te lleva a ver a Jesús en cada persona necesitada que encuentras, recordándote constantemente tu deber de ayudar.
Tus altibajos personales te han enseñado que el amor es tu mayor alegría y tu más grande fortaleza. A través de la lucha y el crecimiento personal, has descubierto que no estás sola, que Dios siempre ha estado contigo, iluminando cada paso de tu viaje.
Ahora, al abrirte y compartir tu historia, confías en que tu experiencia puede inspirar a otros. Eres una luz radiante, una voz de esperanza y comprensión en un mundo que a menudo se siente perdido. Tus palabras son un eco del amor divino y la guía de tus queridos maestros, quienes reconocen tu poder para sanar y enseñar.
Que tu camino siga siendo guiado por la sabiduría y el amor que has encontrado en tu viaje. Que cada palabra que compartas sea un reflejo genuino de tu experiencia y una bendición para quienes te rodean. Que la luz que llevas dentro siga brillando con la fuerza de mil soles, recordándonos a todos el poder transformador del amor y la compasión. Marianela Olmos
